Monday, December 23, 2013

León de Hierro

He tenido la muy grata experiencia de estar en el estadio del León durante varios de sus partidos desde que regresaron a la "Primera División".  A muchos de mis amigos y conocidos que les gusta el fútbol (y a los que no también), les he recomendado ampliamente que se den una escapada a la ciudad guanajuatense a disfrutar de un verdadero espectáculo que ofrecen ahí de manera quincenal. Tanto equipo como afición.

El ambiente de una ciudad puramente futbolera, hace de los partidos, un verdadero deleite para todos los sentidos. Mi conexión con el León, tiene una historia especial. No soy aficionado de antaño del club, ni pretendo subirme al barco de los éxitos actuales -aunque probablemente, sí sea ya, un admirador asiduo del equipo-, solamente les quiero contar la experiencia que para mí ha representado el ir a esta ciudad  y presenciar lo que este equipo ha estado logrando últimamente.

Desde que regresó "La Fiera" a la máxima liga de fútbol de México. He conocido muchas personas que me han dicho: -"El León siempre ha sido mi segundo equipo...". Cuesta trabajo, de repente, entender esta reflexión. Cuando un equipo ha estado tanto tiempo fuera de los reflectores del primer nivel de nuestro fútbol. 

Sin embargo, conforme he tenido la oportunidad de analizar su historia; de ver de cerca el fenómeno de los Panzas Verdes en los últimos años; la agonía que han vivido y el trabajo que les ha costado regresar, se percibe la añoranza de tanta gente que tiene buenos recuerdos de éste equipo. Y de todos los aficionados que disfrutaban con su presencia en el fútbol mexicano.

Sin duda, el recuerdo más fresco que tengo fue ese gran torneo y posterior liguilla ante el Cruz Azul en el '97. Ese episodio de la brutal patada de Comizzo a Hermosillo; aquel penal que daría, increíblemente, el último título a la Máquina en Primera División. 

Me caía bien el equipo dirigido por el "Maetro" Reinoso, sin embargo esa acción de Comizzo la repudié por años, y que Hermosillo le restregara el penal del título, no tuvo precio.

Después de pésimas administraciones el equipo descendió formalmente en 2002. La lucha por regresar se extiende bastante. Fraudes, escándalos y demás asuntos extra-cancha dónde personajes como Carlos Ahumada y Grupo Pegaso fueron los protagonistas. Todo ésto dejó al equipo en el abismo de la división de ascenso. 

Confieso que todos esos años "en Segunda", merecieron muy poca de mi atención, sino es que fue nula. De la División de Ascenso, sólo me da tiempo para seguir de lleno las finales. Y fue precisamente en estas instancias, donde volví a ver al León haciendo intentos fallidos por regresar: 3 finales, 3 derrotas (vs Irapuato en 2003, vs Dorados en 2005, vs Indios en 2008), parecía un laberinto sin salida para el equipo.

Finalmente en 2011, Grupo Pachuca se hace de la franquicia, y las cosas mejoran abrumadoramente.

En el Clausura del 2012, y ya bajo el mando de Gustavo Matosas, terminaron el torneo de forma invicta. Ganaron la final vs Lobos BUAP un 12 de Mayo y posteriormente aplastarían al Correcaminos en la Final decisiva por el Ascenso. Y de verdad que, durante toda la liguilla, el fútbol que practicaban era, tal cual el que todo México ha podido disfrutar ahora en éste último semestre. El mismo tridente de mediocampo: Gullit-Gallito-Montes, acompañados de Burbano, Maz, Nacho González y compañía, ya rozaban la perfección futbolística incontestable para los rivales, y sobre todo, en el Nou Camp.


Honestamente, fue un verdadero descubrimiento ver un equipo con una filosofía de juego tan vertical, con ese despliegue letal a la hora de atacar. Era algo sumamente agradable a la vista y al paladar del aficionado al buen fútbol. Me di cuenta rápidamente, que si ésa base se mantenía (tanto el DT, su idea y columna vertebral de jugadores), podrían lograr cosas interesantes en la Primera División.


Paralelamente, el 2 de Junio de ese año, se anuncia la salida de un jugador del Club Guadalajara: Jonny Magallón. Tengo la fortuna de conocer a Jonny de forma personal, y le he seguido y admirado desde que inició su carrera en las inferiores de Chivas. Concretamente cuando el equipo tenía filial en Tepic y los partidos se disputaban allá. Le he visto crecer como jugador en prácticamente toda su etapa en Chivas, su debut en 2005, el Campeonato logrado en 2006, siendo el jugador que disputó absolutamente todos los minutos como titular hasta la Final. Su ascenso meteórico con la Selección Nacional, los goles ante EEUU y Jamaica vistiendo la verde, su dramática lesión en aquel clásico ante el América. Su regreso, y claro, el proceso mundialista y su inclusión en el combinado nacional que participó en la justa mundial del 2010. Originalmente medio de contención, perfeccionado como defensor central. Ha hecho su carrera bajo el cobijo de la sombra de la regularidad, de la constancia y la disciplina táctica, ganándose varias veces el mote entre la prensa como: "El Defensa de Hierro". Es un jugador que siempre cumple y que cualquier entrenador quisiera tenerlo en su equipo.

Me consta que fueron bastante difíciles esos días para él y su familia: entre rumores, incertidumbre y la nostalgia que representó para Jonny salir del equipo que lo vió nacer, crecer y consolidarse. Demasiados sentimientos encontrados. Más de 7 años en la institución, y siendo un pilar para la misma. Salir de esa forma, no era lo que él había pensado. Sin embargo, así es el fútbol, la directiva tenía otros planes (ya se ha visto como ha resultado eso), y le tocaba partir. 

El lado positivo del traspaso, es que se anuncia su fichaje por el Club León. Para mí, que acababa de impactarme la forma en la que el equipo del Bajío jugó las finales por el ascenso, era algo fascinante. Formar parte de ese cuadro y ese esquema era lo mejor que le podía pasar para recuperarse del shock emocional que representaba su salida del Rebaño. Tal vez por el momento que se vivía, la gente únicamente veía que Jonny saldría de Chivas al equipo que recién ascendía, e incluso dijeron que sería un retroceso. Pero confieso que, en lo futbolístico, siempre pensé que sería un comienzo de cero para él, que iría a un equipo ya hecho, y no a uno parchado, como muchas veces sucede con los benjamines. Y sin duda, sería un segundo aire con mucho por lograr, sería un pilar dentro del vestidor por la experiencia que traía consigo.

Recuerdo justificar muchas veces su llegada al León, y cuando me preguntaban ¿a qué aspiraban los Esmeraldas en su primer torneo? Sin dudarlo, me atrevía a decir: -"Mínimo Liguilla"-. Mi respuesta motivada por éste fútbol nuevo y vistoso que acababa de presenciar. Sería sorpresa para los demás equipos de Primera. Creo que me ilusionaba bastante el hecho de ver algo fresco y diferente en nuestro fútbol local.


Fichado por Jonny por el León para el Apertura 2012, mi conexión con el equipo empieza a consolidarse. Pronto me dediqué a conocer al plantel, la historia de varios de los jugadores, la forma de jugar y por su puesto, la adaptación de Magallón al equipo. Esa misma temporada fui a varios partidos en León. La complicidad de la gente con su equipo es fantástica. Matosas siguió en la misma línea y los jugadores comenzaron sin miedo su regreso a primera. 

Y al menos no me equivoqué, esa primera temporada deslumbraron. Efectivamente, su fútbol resultó revelador, y la localía fue su fuerte. Accedieron a liguilla, eliminando al Cruz Azul por 4-2 en el global. En semifinales en León, ganan por 2-0 a Tijuana y apuntaban a su primera final recién ascendidos, era una locura. Sin embargo en la vuelta en Tijuana, los apabullan 3-0, quedando una sensación de que se pudo hacer mucho más y que de alguna forma dejaron ir la clasificación a la final. Fue frustrante, pero tomando en cuenta que el equipo tenía el papel de recién ascendido, fue un logro bastante importante. Recuerdo que Matosas decía con regularidad cuando la prensa inflaba al equipo: " No podemos olvidar de dónde venimos" (en referencia a su largo paso en el Ascenso). En fin, un torneo de revelación y experiencias para lo que se venía.

El Clausura 2013 fue un torneo muy extraño. Los resultados no fueron los esperados y no se clasificó a la fase final. Para mucha gente fue un descenso normal y el adiós de la sorpresa y el fútbol nuevo del torneo anterior. Pero para los que seguimos de cerca al equipo, podemos decir que fue un tanto curioso y de mala suerte. Los partidos que perdieron, lo hicieron por mínima diferencia. Empataron muchos, y realmente a la hora de definir ante la portería rival no hubo esa suerte y certeza que se venía acarreando en años atrás. Situaciones fortuitas en defensa, refuerzos que no lucieron como se esperaba (Rafa Márquez, Arrechea, Nery Castillo...), lesiones, alternancia en la portería entre William y Christian, etc. Solamente Jonny fue el jugador que estuvo presente en todas las jornadas: con 17 partidos jugados y 1452 minutos. Dejarían de conocer la derrota desde la jornada 11 hasta la 17. Pero para acabarlo peor, perderían su oportunidad de entrar a la Copa Libertadores, al ser derrotados en penalties por el Deportes Iquique chileno, en el repechaje por el tercer boleto. En fin, un semestre para el olvido. Siempre dieron la sensación de merecer más en cada partido. Algo muy rescatable es que nunca renunciaron a su estilo futbolístico.

Esta situación puso en contexto muchas cosas y se tomaron decisiones importantes desde la directiva y la dirección técnica. Muchos jugadores salieron del equipo y se completó la plantilla con jugadores probados y experimentados como Franco Arizala, Fernando Navarro, Elías Hernández, Mauro Boselli, entre otros.

El Apertura 2013 fue totalmente diferente. Regresó la continuidad en todas las líneas, las lesiones respetaron a los jugadores. Se veía un compromiso total entre equipo, técnico, directiva y afición.

Matosas tomando decisiones firmes. Apostó por Yarbrough para todo el torneo, y el muchacho se consolidó a lo grande. La terna Magallón-Márquez-Nacho fue sinónimo de constancia y solidez. Magallón con su solvencia y regularidad. Rafa con su clase mundial. Nacho con ese pundonor dejando la piel en el campo en cada partido; todos bien respaldados por la garra de Edwin Hernández. 

El tridente Montes-Gallito-Gullit brilló de nuevo. Montes explotó todo el talento que tiene en sus botas. Gullit demostró que sus recorridos de área a área pueden lucir en cualquier cancha y en selección nacional. Gallito dejó de ser ese crack invisible, para volverse una figura reconocida del mediocampo. Burbano y Loboa con sus carreras salvajes con balón controlado por las bandas. 

Matías Britos y su incansable corazón, ayudando en todo, haciendo el trabajo sucio de presionar la salida del rival, y recompensado muchas veces, con goles. Mauro Boselli, impresionante goleador, la contundencia le acompañó de principio a fin. Arizala se volvió el recambio favorito de Matosas, justo cuando las defensas rivales estaban agotadas, este hombre entraba para taladrarlas más, y terminarlas de matar. Elías Hernández y su papel clave cuando faltaban jugadores titulares en medio campo. En fin, se combinó todo lo bueno de cada jugador.

Y los resultados los conocemos todos. Se logra el campeonato de Liga con un fútbol incontestable, con una contundencia grosera y una filosofía entendida por cada jugador y reflejada en la cancha de forma casi perfecta.


Para mí, León arrancó la liguilla en el pleno clímax de su potencial. Y no bajó el acelerador. Diecisiete goles anotados en seis partidos de liguilla hablan por sí solos. Brutal. Ni siquiera se achicó en la Final ante el mismísimo América, campeón defensor, y en el Estadio Azteca. 

Por fin este club, glorioso por historia, le regresó a la gente esa ilusión, esa alegría y ese lugar que merecen en nuestro fútbol. Ese estilo de fútbol vistoso que me maravilló en el Ascenso, fue capaz de consolidarse en la Primera División y de otorgarle el título al equipo que mejor trató el balón durante los últimos seis meses.

Tengo mucha ilusión de ver la revancha que el equipo tomara en la nueva edición de la Copa Libertadores 2014. Hay con qué hacer un gran papel, y mis expectativas son muy altas con este equipo. Sin duda, motiva saber que México va representado por el León, por éste León Campeón.

En cuanto a Jonny, ¡que decir!. El único jugador, junto a William, que disputó cada minuto y segundo jugado en toda la temporada, desde el inicio hasta la Final. Volvieron los reflectores. Pero sobre todo, volvió el jugador con esa hambre que le hizo consolidarse en Primera División en Chivas, regresó el Defensa de Hierro, EL LEÓN DE HIERRO.

Desde aquí le agradezco todas esas innumerables oportunidades que he podido vivir y compartir con él y su familia gracias al camino que él ha labrado dentro del fútbol (La más reciente, la Final en León, que forma de vibrar de la gente con sus jugadores). Le deseo más éxitos porque los merece, porque sé que trabaja para lograr sus metas.

Para un adicto a este de deporte como yo. Disfrutar de un equipo que juega respetando una filosofía donde se prioriza el buen trato al balón y se motiva al espectáculo, es un regalo incomparable. Vivirlo de cerca, y crear memorias para la posteridad, es algo invaluable. 

Suerte al León en sus nuevas aventuras en éste año, estaremos de cerca siguiéndoles el paso.














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