Monday, December 23, 2013

León de Hierro

He tenido la muy grata experiencia de estar en el estadio del León durante varios de sus partidos desde que regresaron a la "Primera División".  A muchos de mis amigos y conocidos que les gusta el fútbol (y a los que no también), les he recomendado ampliamente que se den una escapada a la ciudad guanajuatense a disfrutar de un verdadero espectáculo que ofrecen ahí de manera quincenal. Tanto equipo como afición.

El ambiente de una ciudad puramente futbolera, hace de los partidos, un verdadero deleite para todos los sentidos. Mi conexión con el León, tiene una historia especial. No soy aficionado de antaño del club, ni pretendo subirme al barco de los éxitos actuales -aunque probablemente, sí sea ya, un admirador asiduo del equipo-, solamente les quiero contar la experiencia que para mí ha representado el ir a esta ciudad  y presenciar lo que este equipo ha estado logrando últimamente.

Desde que regresó "La Fiera" a la máxima liga de fútbol de México. He conocido muchas personas que me han dicho: -"El León siempre ha sido mi segundo equipo...". Cuesta trabajo, de repente, entender esta reflexión. Cuando un equipo ha estado tanto tiempo fuera de los reflectores del primer nivel de nuestro fútbol. 

Sin embargo, conforme he tenido la oportunidad de analizar su historia; de ver de cerca el fenómeno de los Panzas Verdes en los últimos años; la agonía que han vivido y el trabajo que les ha costado regresar, se percibe la añoranza de tanta gente que tiene buenos recuerdos de éste equipo. Y de todos los aficionados que disfrutaban con su presencia en el fútbol mexicano.

Sin duda, el recuerdo más fresco que tengo fue ese gran torneo y posterior liguilla ante el Cruz Azul en el '97. Ese episodio de la brutal patada de Comizzo a Hermosillo; aquel penal que daría, increíblemente, el último título a la Máquina en Primera División. 

Me caía bien el equipo dirigido por el "Maetro" Reinoso, sin embargo esa acción de Comizzo la repudié por años, y que Hermosillo le restregara el penal del título, no tuvo precio.

Después de pésimas administraciones el equipo descendió formalmente en 2002. La lucha por regresar se extiende bastante. Fraudes, escándalos y demás asuntos extra-cancha dónde personajes como Carlos Ahumada y Grupo Pegaso fueron los protagonistas. Todo ésto dejó al equipo en el abismo de la división de ascenso. 

Confieso que todos esos años "en Segunda", merecieron muy poca de mi atención, sino es que fue nula. De la División de Ascenso, sólo me da tiempo para seguir de lleno las finales. Y fue precisamente en estas instancias, donde volví a ver al León haciendo intentos fallidos por regresar: 3 finales, 3 derrotas (vs Irapuato en 2003, vs Dorados en 2005, vs Indios en 2008), parecía un laberinto sin salida para el equipo.

Finalmente en 2011, Grupo Pachuca se hace de la franquicia, y las cosas mejoran abrumadoramente.

En el Clausura del 2012, y ya bajo el mando de Gustavo Matosas, terminaron el torneo de forma invicta. Ganaron la final vs Lobos BUAP un 12 de Mayo y posteriormente aplastarían al Correcaminos en la Final decisiva por el Ascenso. Y de verdad que, durante toda la liguilla, el fútbol que practicaban era, tal cual el que todo México ha podido disfrutar ahora en éste último semestre. El mismo tridente de mediocampo: Gullit-Gallito-Montes, acompañados de Burbano, Maz, Nacho González y compañía, ya rozaban la perfección futbolística incontestable para los rivales, y sobre todo, en el Nou Camp.


Honestamente, fue un verdadero descubrimiento ver un equipo con una filosofía de juego tan vertical, con ese despliegue letal a la hora de atacar. Era algo sumamente agradable a la vista y al paladar del aficionado al buen fútbol. Me di cuenta rápidamente, que si ésa base se mantenía (tanto el DT, su idea y columna vertebral de jugadores), podrían lograr cosas interesantes en la Primera División.


Paralelamente, el 2 de Junio de ese año, se anuncia la salida de un jugador del Club Guadalajara: Jonny Magallón. Tengo la fortuna de conocer a Jonny de forma personal, y le he seguido y admirado desde que inició su carrera en las inferiores de Chivas. Concretamente cuando el equipo tenía filial en Tepic y los partidos se disputaban allá. Le he visto crecer como jugador en prácticamente toda su etapa en Chivas, su debut en 2005, el Campeonato logrado en 2006, siendo el jugador que disputó absolutamente todos los minutos como titular hasta la Final. Su ascenso meteórico con la Selección Nacional, los goles ante EEUU y Jamaica vistiendo la verde, su dramática lesión en aquel clásico ante el América. Su regreso, y claro, el proceso mundialista y su inclusión en el combinado nacional que participó en la justa mundial del 2010. Originalmente medio de contención, perfeccionado como defensor central. Ha hecho su carrera bajo el cobijo de la sombra de la regularidad, de la constancia y la disciplina táctica, ganándose varias veces el mote entre la prensa como: "El Defensa de Hierro". Es un jugador que siempre cumple y que cualquier entrenador quisiera tenerlo en su equipo.

Me consta que fueron bastante difíciles esos días para él y su familia: entre rumores, incertidumbre y la nostalgia que representó para Jonny salir del equipo que lo vió nacer, crecer y consolidarse. Demasiados sentimientos encontrados. Más de 7 años en la institución, y siendo un pilar para la misma. Salir de esa forma, no era lo que él había pensado. Sin embargo, así es el fútbol, la directiva tenía otros planes (ya se ha visto como ha resultado eso), y le tocaba partir. 

El lado positivo del traspaso, es que se anuncia su fichaje por el Club León. Para mí, que acababa de impactarme la forma en la que el equipo del Bajío jugó las finales por el ascenso, era algo fascinante. Formar parte de ese cuadro y ese esquema era lo mejor que le podía pasar para recuperarse del shock emocional que representaba su salida del Rebaño. Tal vez por el momento que se vivía, la gente únicamente veía que Jonny saldría de Chivas al equipo que recién ascendía, e incluso dijeron que sería un retroceso. Pero confieso que, en lo futbolístico, siempre pensé que sería un comienzo de cero para él, que iría a un equipo ya hecho, y no a uno parchado, como muchas veces sucede con los benjamines. Y sin duda, sería un segundo aire con mucho por lograr, sería un pilar dentro del vestidor por la experiencia que traía consigo.

Recuerdo justificar muchas veces su llegada al León, y cuando me preguntaban ¿a qué aspiraban los Esmeraldas en su primer torneo? Sin dudarlo, me atrevía a decir: -"Mínimo Liguilla"-. Mi respuesta motivada por éste fútbol nuevo y vistoso que acababa de presenciar. Sería sorpresa para los demás equipos de Primera. Creo que me ilusionaba bastante el hecho de ver algo fresco y diferente en nuestro fútbol local.


Fichado por Jonny por el León para el Apertura 2012, mi conexión con el equipo empieza a consolidarse. Pronto me dediqué a conocer al plantel, la historia de varios de los jugadores, la forma de jugar y por su puesto, la adaptación de Magallón al equipo. Esa misma temporada fui a varios partidos en León. La complicidad de la gente con su equipo es fantástica. Matosas siguió en la misma línea y los jugadores comenzaron sin miedo su regreso a primera. 

Y al menos no me equivoqué, esa primera temporada deslumbraron. Efectivamente, su fútbol resultó revelador, y la localía fue su fuerte. Accedieron a liguilla, eliminando al Cruz Azul por 4-2 en el global. En semifinales en León, ganan por 2-0 a Tijuana y apuntaban a su primera final recién ascendidos, era una locura. Sin embargo en la vuelta en Tijuana, los apabullan 3-0, quedando una sensación de que se pudo hacer mucho más y que de alguna forma dejaron ir la clasificación a la final. Fue frustrante, pero tomando en cuenta que el equipo tenía el papel de recién ascendido, fue un logro bastante importante. Recuerdo que Matosas decía con regularidad cuando la prensa inflaba al equipo: " No podemos olvidar de dónde venimos" (en referencia a su largo paso en el Ascenso). En fin, un torneo de revelación y experiencias para lo que se venía.

El Clausura 2013 fue un torneo muy extraño. Los resultados no fueron los esperados y no se clasificó a la fase final. Para mucha gente fue un descenso normal y el adiós de la sorpresa y el fútbol nuevo del torneo anterior. Pero para los que seguimos de cerca al equipo, podemos decir que fue un tanto curioso y de mala suerte. Los partidos que perdieron, lo hicieron por mínima diferencia. Empataron muchos, y realmente a la hora de definir ante la portería rival no hubo esa suerte y certeza que se venía acarreando en años atrás. Situaciones fortuitas en defensa, refuerzos que no lucieron como se esperaba (Rafa Márquez, Arrechea, Nery Castillo...), lesiones, alternancia en la portería entre William y Christian, etc. Solamente Jonny fue el jugador que estuvo presente en todas las jornadas: con 17 partidos jugados y 1452 minutos. Dejarían de conocer la derrota desde la jornada 11 hasta la 17. Pero para acabarlo peor, perderían su oportunidad de entrar a la Copa Libertadores, al ser derrotados en penalties por el Deportes Iquique chileno, en el repechaje por el tercer boleto. En fin, un semestre para el olvido. Siempre dieron la sensación de merecer más en cada partido. Algo muy rescatable es que nunca renunciaron a su estilo futbolístico.

Esta situación puso en contexto muchas cosas y se tomaron decisiones importantes desde la directiva y la dirección técnica. Muchos jugadores salieron del equipo y se completó la plantilla con jugadores probados y experimentados como Franco Arizala, Fernando Navarro, Elías Hernández, Mauro Boselli, entre otros.

El Apertura 2013 fue totalmente diferente. Regresó la continuidad en todas las líneas, las lesiones respetaron a los jugadores. Se veía un compromiso total entre equipo, técnico, directiva y afición.

Matosas tomando decisiones firmes. Apostó por Yarbrough para todo el torneo, y el muchacho se consolidó a lo grande. La terna Magallón-Márquez-Nacho fue sinónimo de constancia y solidez. Magallón con su solvencia y regularidad. Rafa con su clase mundial. Nacho con ese pundonor dejando la piel en el campo en cada partido; todos bien respaldados por la garra de Edwin Hernández. 

El tridente Montes-Gallito-Gullit brilló de nuevo. Montes explotó todo el talento que tiene en sus botas. Gullit demostró que sus recorridos de área a área pueden lucir en cualquier cancha y en selección nacional. Gallito dejó de ser ese crack invisible, para volverse una figura reconocida del mediocampo. Burbano y Loboa con sus carreras salvajes con balón controlado por las bandas. 

Matías Britos y su incansable corazón, ayudando en todo, haciendo el trabajo sucio de presionar la salida del rival, y recompensado muchas veces, con goles. Mauro Boselli, impresionante goleador, la contundencia le acompañó de principio a fin. Arizala se volvió el recambio favorito de Matosas, justo cuando las defensas rivales estaban agotadas, este hombre entraba para taladrarlas más, y terminarlas de matar. Elías Hernández y su papel clave cuando faltaban jugadores titulares en medio campo. En fin, se combinó todo lo bueno de cada jugador.

Y los resultados los conocemos todos. Se logra el campeonato de Liga con un fútbol incontestable, con una contundencia grosera y una filosofía entendida por cada jugador y reflejada en la cancha de forma casi perfecta.


Para mí, León arrancó la liguilla en el pleno clímax de su potencial. Y no bajó el acelerador. Diecisiete goles anotados en seis partidos de liguilla hablan por sí solos. Brutal. Ni siquiera se achicó en la Final ante el mismísimo América, campeón defensor, y en el Estadio Azteca. 

Por fin este club, glorioso por historia, le regresó a la gente esa ilusión, esa alegría y ese lugar que merecen en nuestro fútbol. Ese estilo de fútbol vistoso que me maravilló en el Ascenso, fue capaz de consolidarse en la Primera División y de otorgarle el título al equipo que mejor trató el balón durante los últimos seis meses.

Tengo mucha ilusión de ver la revancha que el equipo tomara en la nueva edición de la Copa Libertadores 2014. Hay con qué hacer un gran papel, y mis expectativas son muy altas con este equipo. Sin duda, motiva saber que México va representado por el León, por éste León Campeón.

En cuanto a Jonny, ¡que decir!. El único jugador, junto a William, que disputó cada minuto y segundo jugado en toda la temporada, desde el inicio hasta la Final. Volvieron los reflectores. Pero sobre todo, volvió el jugador con esa hambre que le hizo consolidarse en Primera División en Chivas, regresó el Defensa de Hierro, EL LEÓN DE HIERRO.

Desde aquí le agradezco todas esas innumerables oportunidades que he podido vivir y compartir con él y su familia gracias al camino que él ha labrado dentro del fútbol (La más reciente, la Final en León, que forma de vibrar de la gente con sus jugadores). Le deseo más éxitos porque los merece, porque sé que trabaja para lograr sus metas.

Para un adicto a este de deporte como yo. Disfrutar de un equipo que juega respetando una filosofía donde se prioriza el buen trato al balón y se motiva al espectáculo, es un regalo incomparable. Vivirlo de cerca, y crear memorias para la posteridad, es algo invaluable. 

Suerte al León en sus nuevas aventuras en éste año, estaremos de cerca siguiéndoles el paso.














Wednesday, December 4, 2013

Ese tal "FIFA Balón de ORO"


Noviembre de 1997, Revista World Soccer con Juninho Paulista en la portada.  Una de las promesas brasileñas más talentosas de la época, recién llegaba al Atlético de Madrid por una buena millonada. Procedente del Middlesbrough (dónde fue y sería considerado por sus muchos de sus aficionados como el mejor jugador de su historia). Ex miembro de un Sao Paulo campeón de Libertadores (Leonardo, Cafú se consolidaban), que le arrebató al AC Milán la Intercontinental de 1993. Palabras mayores, si consideramos que el equipo rossonero tenía nombres con apellidos muy fuertes en su alineación: Panucci, Baresi, Costacurta, Maldini, Desailly, Albertini, Donadoni, Massaro, Tassotti, etc.

La revista, en ese entonces luciendo la leyenda: THE NO. 1 INTERNATIONAL FOOTBALL MAGAZINE, llegaba a mis manos gracias a uno de los viajes de trabajo de mi papá (el artífice del inicio de mi gran amistad con el balón). Para esas fechas yo tenía doce años, de los cuales, al menos once y medio ya le pertenecían a mi creciente pasión por el fútbol. Y de esos once y medio, al menos eran ya unos seis, donde mi hambre crecía constantemente por investigar más del fútbol europeo y sus grandes nombres y figuras.

Recién en los inicios de los 90´s, el internet era limitado y casi un lujo, lo mismo las antenas parabólicas con señal de cable. Las noticias de lo que sucedía en Europa o Sudamérica llegaban en resúmenes semanales o cápsulas informativas de mínima duración por TV. Muy poca información en los periódicos locales. Y era, precisamente, por revistas cómo World Soccer, o incluso por los nacientes juegos de video cómo FIFA 98 ó 99, dónde realmente podía yo ver información más precisa de jugadores, equipos, fechas, transferencias, posiciones, logros, etcétera. Todo lo que yo quería saber del fútbol mundial.

Pero, ¿Qué tiene que ver Juninho Paulista con el Balón de Oro?... Bueno, pues era tanto mi deseo por conocer a esas figuras emergentes que a la postre serían el futuro del fútbol mundial, que tener esa revista fue un parteaguas para mí. Recuerdo haberla leído más de 40 veces, e incluso, hacerme exámenes personales sobre las alineaciones de los equipos europeos y actualizar, en un modo obsesivo, los equipos en el FIFA 99, de modo que quedaran idénticos a la realidad.

Y Juninho, en ese año, llegó a España cómo una gran figura, como el futuro líder donde el Atlético sentaría sus bases para lograr asentarse en la Primera División. Lo recuerdo y era un genio, habilidoso con ambas piernas, un cerebro gambetero, un crack realmente. La brutal lesión que Michel Salgado le propinó, simplemente desencadenó otra serie de lesiones, que al final, terminaron por nunca dejarlo brillar al nivel que en ese entonces, se creía que podría llegar. Niveles en los que yo esperaría, fuera votado en un futuro para un FIFA World Player, o ahora mejor conocido como FIFA Ballon d'Or

Desde esas fechas, yo era fanático de aquellos jugadores que durante la temporada brillaran y al final su premio fuera recompensado siendo incluidos en las listas finales para las votaciones que entregarían los premios en diciembre. Eran, claro está, tiempos de jugadores con nombres y apellidos de tal magnitud como Van Basten, Romario, Baggio, Maldini, Ronaldo, Weah, Zidane, etc.

Debo aclarar, que mi visión sobre este premio fue cambiando. Como dije, al principio me parecía algo increíble, cómo lo que esperas debatir al final del año para comentarlo con cuánta gente pueda importarle. Conforme he ido creciendo y analizando el fútbol, tomando afición sin dejar de admirar el deporte como tal, y las gestas que sus héroes realizan, mi visión ha ido encontrando más incógnitas e interrogaciones sobre éste reconocimiento. ¿Por qué se entrega un premio individual en un deporte que es totalmente colectivo? ¿Por qué se entrega en un año natural, si el fútbol funciona por temporadas ya establecidas modo calendario? ¿Puede un jugador ser el mejor de todo el orbe sin conseguir títulos con su club o equipo nacional? Al fin y al cabo ¿es un premio individual no? ¿cuándo hay competencias internacionales de naciones, que peso deben tener éstos resultados en la temporada? ¿Vale más ganar una Eurocopa, que una Copa América, o qué una Copa Africana de Naciones? ¿Qué peso tiene el Mundial, esa competición por excelencia?, ¿Cuánto valen los goles marcados en el año?

Y la más importante que aún me sigo cuestionando: ¿Por qué la responsabilidad de los votos recae mayormente en los capitanes y directores técnicos de selecciones nacionales? ¿Acaso son los que saben más de fútbol en todo el mundo? ¿De verdad tienen las herramientas, la objetividad y el criterio necesario para decidir sobre un galardón que quedará siempre en el registro de la historia del deporte? Personalmente y con todo respeto para quienes tienen el privilegio de votar, no todos tienen lo que se necesita. No todos son fríos y objetivos; y lo peor, no todos hacen un análisis real sobre los candidatos que votan. Y lo hemos comprobado cuando vemos publicadas las listas. Capitanes y DTs que confunden nombres, que tal vez su criterio emocional pese más sobre el criterio objetivo. Algunos presionados por lo mediática que puede ser la reacción de la prensa y de la gente en general, ante el voto que elijan, e innumerables factores que aún me siguen pasando por la mente.

Y dicho esto, ¿Cuántas “injusticias” no han quedado en el camino durante la entrega de éste premio en la historia? Y pongo injusticias entre comillas, porque cuándo la gente lo vive únicamente desde el lado del aficionado, desde el lado del fanatismo, es verdad que se hablará siempre de ésta manera, se desacreditará a quien lo gane y se pondrá una mancha negra en cada conversación y se pondrá en duda la veracidad de éste premio. Y desde esa misma visión, apoyo que realmente se le diera a quien lo merece, porqué ese nombre que se elija, queda grabado en la historia y las generaciones futuras lo tendrán como base.

Revisando publicaciones y notas relacionadas con éstas “injusticias”, recordemos que fue France Football, aquella revista que instauró éste trofeo por allá de los años 50´s, pero con la regla de que sólo jugadores europeos podían participar. Es por esto, que ni Pelé ni Maradona contendían por el reconocimiento, a sabiendas por todo el mundo, que mientras jugaron, fueron los mejores sin discusión alguna, la regla cambió en 1995, y desde entonces podemos ver sudamericanos en las votaciones.

El mismísimo Alfredo Di Stefano, en la primera entrega del premio, con todo y Copa de Europa, y su pichichi en Liga Española no fue merecedor del reconocimiento. Lo sería después, pero también se mencionan injusticias para Eusebio en su mejor momento.


Una de las más escandalosas para muchos medios y periodistas (que incluso mi padre hace gala en recordármelo), fue en 1974, cuando Johan Cruyff sería votado como mejor jugador por encima de Franz Beckenbauer, que en ese año, ganó Liga, Copa de Europa, y a la postre, el Mundial... ¡Contra el mismo Cruyff en la final!. Siendo el líder absoluto de su club y de su país en la consecución de los títulos. Aún así, quedó segundo.

Teniendo en cuenta que Maradona no podía participar, en 1986, las listas nos mencionan ganador a Igor Belanov, ¿quién?, pues sí, un soviético ucraniano que ganó la Copa de la UEFA en ese año con el Dynamo de Kiev.


De las que yo ya recuerdo sin dudas, Hristo Stoichkov, en 1994, con su bota de oro en el Mundial y en Europa, pero sin ningún título internacional, aprovechó que Romario no participaba, y todos sabíamos que el “Chapulín” era el mejor del mundo en esas fechas, más aún, tras ganar el Mundial en EEUU.

En 2001, sin duda, de las mayores polémicas y de las que recuerdo perfectamente. Michael Owen, 21 años, un jugador que empezaba a brillar sería votado y galardonado por los “expertos” sobre Raúl González Blanco. Un ya multi-ganador de la Champions League, multicampeón y Pichichi con el Real Madrid, una injusticia lamentable. E incluso aún, en esa misma terna, olvidaron a Oliver Kahn, el gran portero ganador de la Champions League ese año y de la Liga Alemana.

También me llamó la atención lo de Deco en 2004, cuando ganó triplete con el Porto de Mourinho, fue votado por debajo de Shevchenko, que sí, había tenido años anteriores fantásticos con el AC Milán, pero que quizá ese año no tendría el peso específico en la consecución de títulos que sí tuvo el brasileño-portugués.
Muchos también hicieron ruido de lo de Cannavaro en 2006, pero vaya, un Mundial y él como protagonista, es para debatir sin duda. Pero vuelvo a mis dudas, ¿Qué criterios y con qué peso deben influir más en la decisión de los votantes?

Y ya más cercanas, 2010, ¿Qué podemos decir? La coronación total de la consumación internacional del futbol español, comenzando en 2008 con la Eurocopa, y coronado en 2010 con el mundial en Sudáfrica.  Es verdad, la Roja demostró que sin una figura notable, el trabajo de equipo los mantenía como una selección inmaculada y perfecta, con el juego y estilo marcados que instauraron.

El equipo ganador del Mundial, siempre tuvo injerencia en la entrega del galardón previamente (Zidane, Ronaldo, Cannavaro), hasta Sudáfrica.  Aquí, Leo Messi, de una actuación muy cuestionada en el Mundial, sería votado por encima de Xavi e Iniesta. Sé que no solamente yo, sino mucha gente, periodistas, etc., ha considerado injusta esta votación, era el año perfecto para que un español lo ganase, sea quien hubiese sido: Xavi, Iniesta, y yo incluyo a Iker Casillas, sus intervenciones puntuales y precisas, y siendo el portador del gafete de capitán de esa ya histórica selección. Sin duda, cualquiera era digno para llevarse ese premio de una de las selecciones y generaciones más importantes que el fútbol mundial ha dado. ¿Por qué aquí el mundial no tuvo peso? ¿En qué pensaban capitanes, periodistas y DTs?, seguramente en que Messi era el mejor por encima de cualquier español campeón de Europa y del Mundo.


Este año, 2013, vuelve la polémica: Ribery, Messi o Cristiano, los tres finalistas. El argentino, asiduo ganador a este reconocimiento y sin duda, el mejor cuando quiere, cuando puede y cuando no se borra del equipo, no ha tenido ni un gran cierre de temporada (¿alguien recuerda la serie contra el Bayern en la UCL?, pero también recordemos su fulgurante cuota de goles), ni tampoco, un buen inicio de la actual. Con una pretemporada más social que deportiva, y varias lesiones ya, propiciadas por la misma. Sin duda es el año, donde menos luciría otorgarle el premio, qué, como hemos revisado, no mide títulos ni análisis, sino sensaciones.

Sensaciones fantásticas es lo que parece haber dejado Ribery al cierre de la temporada anterior, con ese triplete de títulos. Es, quizá, el mejor del Bayern Munich. Pero yo me atrevo a ponerlo en entredicho, ¿cómo olvidar a Robben?, un crack que en el único año donde las lesiones le perdonaron, se reivindicó con goles clave para su equipo. Si observamos únicamente relación Goles-Asistencias para el equipo teutón. Robben finalizó la temporada con 13-10 y Ribery 11-18. Y, han arrancado ésta temporada así: Robben 12-7 y Ribery 9-6. Está claro, para mi Robben está en el mismo peldaño en el equipo que Ribery, y es tan merecedor del un reconocimiento así como él.

Y hablando de peldaños, este año hubo un futbolista que a base de goles, asistencias, trabajo y constancia, se ha puesto varios de esos muy por encima del resto. Es sin duda, Cristiano Ronaldo. Él mismo se ha encargado de dejar en claro que su nivel en su equipo y en su selección no lo tiene nadie. Sus números hablan por él. No sólo ahora, sino desde que decidió aceptar el reto merengue. Las sensaciones que deja cada que pisa el campo son de un líder total, un jugador absolutamente consumado, y que cada semana, él sólo enciende la polémica sobre su calidad con sus brillantes actuaciones. Lleva demasiados partidos apareciendo cuando todos le esperan, haciendo que una selección tan limitada como Portugal, aspire a cosas que honestamente no se lo creería nadie. Cristiano éste año, ha jugado al fútbol mejor que nadie, se ha colgado sus equipos al hombro una y otra vez.

Con todo respeto para Ribery, quién es un verdadero crack, compararlo a nivel individual con el portugués puede resultar ocioso. Franck dijo hace poco: -“yo incendio defensas”-. No puedo estar más de acuerdo, pero Cristiano, que juega en la misma posición, las incendia, y de las cenizas, vuelve a prenderles gasolina. Y sí, hace más goles que el francés, muchos más. Además, últimamente le da por asistir a sus compañeros en gran número.

Se ha hablado del numerito de Blatter y su ampliación de la votación hasta el 29 de noviembre (hasta antes de esto se consideraba el período Enero-Septiembre), para considerar los partidos de repechaje -donde Ribery y Ronaldo participaron- y claro, son parte de una clasificación al Mundial, son partidos oficiales, deben considerarse sí o sí. Es más, pienso  que debería ampliarse la votación hasta diciembre para que también cuente el Mundial de Clubes. En este año, el francés va participar porque su equipo es el campeón y representante de Europa. ¿Por qué no habría de contar?

Pero cómo he tratado de explicar, mientras ese sistema de votación siga dependiente de las sensaciones únicas de capitanes, DTs y algunos privilegiados periodistas, veo lejos que prevalezca un criterio fijo para definir al ganador. Será sorpresivo en cada año, no debería asustarnos el resultado, sea quien lo gane, los aficionados al balón seguimos a expensas de decisiones de terceros.

Tal vez algún día se nos considere. Tal vez, algún día, cuándo el fútbol sea olvidado, deje de hablarse tanto de éste tema. Mientras, por todo el eco que nos llega, significa, que esto sigue siendo importante. Y como tal, hay que darle relevancia.

Desde mi modesta opinión, este año, los héroes que me hicieron disfrutar fueron: el fútbol brutal del Bayern Munich como equipo ganador. Cristiano Ronaldo como consumación absoluta, de un jugador, que sin duda, está entrando (sino es que ya) en la historia del fútbol como uno de los mejores jugadores. Y también, İlkay Gündoğan, ese joven alemán de una técnica y calidad del más alto nivel, mariscal de un Borussia Dortmund que le planta cara al Bayern en Alemania (quitándole la Bundesliga 2011-12) y que estuvo a nada de quitarle la Champions. Su futuro pinta para cosas serias e importantes.


Y desde aquí, ¡felicidades al próximo Balón de Oro 2013!